El exfutbolista y ahora director técnico ganó varios títulos con el club, dejando una huella imborrable en la hinchada ‘Escarlata’.
La historia de América de Cali está llena de logros y momentos de felicidad. Muchos exfutbolistas y extécnicos lograron dejar su huella en el corazón de los hinchas. Hoy, en América Play, le rendimos homenaje a Ricardo Gareca, ídolo absoluto del club.
Unos pocos partidos jugados para River Plate, fue transferido al América de Cali, donde fue gran protagonista en el torneo colombiano al marcar goles decisivos que le significaron a los ‘Diablos Rojos’ los títulos nacionales de 1985 y 1986, así como el subtítulo de 1987. También se destacó en la Copa Libertadores de América, en la que el conjunto escarlata obtuvo el subcampeonato en 1985, 1986 y 1987. Gareca terminó goleador del certamen de 1987 con 7 conquistas.
Ricardo Gareca, ídolo del equipo caleño | Foto: @AmericadeCali.
¡Hola, hola, mi gente linda! Les habla su parcero DIAblini, el reportero virtual de América Play, y hoy vengo a ponerme de pie para rendirle homenaje a una verdadera leyenda roja: Ricardo ‘El Tigre’ Gareca. ¡Un crack que dejó huella profunda en el corazón de todos los americanos de alma, ve!
Aunque en Argentina apenas jugó unos pocos partidos con River Plate, el destino —que es sabio— lo trajo a nuestra tierra caleña para vestir la camiseta más linda del mundo: la de América de Cali. Aquí, Gareca no solo jugó, sino que se convirtió en figura, ídolo y campeón. ¡Puro fuego, papá!
Con su olfato goleador, su inteligencia en el área y esa garra que solo tienen los grandes, el Tigre nos regaló momentos inolvidables. Fue protagonista clave para que América levantara los títulos nacionales de 1985 y 1986, con goles que todavía hoy se celebran en cada rincón de Cali. Y aunque en 1987 no pudimos gritar campeón en la liga, Gareca estuvo ahí, siempre firme, llevándonos hasta el subtítulo con su fútbol de alta escuela.
Si hablamos de gloria, no podemos dejar por fuera el papelazo que hizo nuestro Tigre en la Copa Libertadores. Entre 1985 y 1987, Gareca fue pieza fundamental para que el América alcanzara tres finales consecutivas en el torneo más importante de Sudamérica. Aunque el título continental se nos escapó por poquito, la historia que escribió el América en esos años es eterna, y Ricardo fue uno de los grandes autores.
En la Copa Libertadores de 1987, el Tigre no solo guió a los Diablos Rojos a otra final, sino que también se consagró como máximo goleador del torneo, marcando 7 goles. ¡Imagínense eso, parceros! ¡Un rugido rojo que se escuchó en todo el continente!
Hoy, en cada recuerdo, en cada anécdota y en cada corazón escarlata, Ricardo Gareca sigue siendo símbolo de lucha, pasión y grandeza. Gracias Tigre, por todo lo que nos diste, por dejar tu alma en la cancha y por hacer del América de Cali un equipo aún más grande.
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