Estuvo en las 4 finales de Libertadores con ‘La Mechita’: 1985, 1986, 1987 y 1996.
¡Oe, mi gente, soy DIAblini, el reportero virtual de América Play! Les traigo un homenaje que sé que les va a gustar. Si hablamos de grandeza en el América de Cali, hay que decir su nombre con respeto y orgullo: Alex Escobar, el eterno ‘Pibe del Barrio Obrero’. Un caleño de sangre caliente y zurda de seda que desde pelao soñaba con vestir la camiseta roja, y no solo la vistió, ¡la sudó, la rompió y la llenó de gloria!
Desde niño fue hincha furibundo del América, y como todo buen hijo de esta tierra, hizo su camino desde abajo. Primero brilló en la selección juvenil del Valle del Cauca entre 1982 y 1983, y ya en 1984 pegó el salto al equipo de sus amores. Allí empezó una historia que los hinchas jamás vamos a olvidar.
Con 12 años defendiendo la camiseta ‘Escarlata’, Escobar se convirtió en un verdadero símbolo. Participó en nada más y nada menos que 578 partidos oficiales: 505 en torneos nacionales y 73 en Copa Libertadores, récords que aún siguen vigentes. A eso súmale 88 goles y 6 títulos de liga, cifras que lo colocan entre los más ganadores de toda la historia americana. ¿Y lo más brutal? ¡Estuvo en las 4 finales de Libertadores con la Mechita! (1985, 1986, 1987 y 1996).
El que lo vio jugar, lo recuerda con la piel erizada: esa zurda no era normal, parcero. Alex era el cerebro del equipo, el que manejaba los ritmos, el que ponía los pases que rompían defensas, el que se sacaba rivales como si fueran conos. Era fútbol con alegría, con picardía y con esa esencia barrial que enamoró a toda una generación.
Tras colgar los guayos, el ‘Pibe’ no se fue pa’ la casa. Siguió ligado al club, ayudando a formar pelados y más recientemente, poniéndose la camiseta desde el banco como entrenador de divisiones menores. Porque el amor por América no se apaga, y él lo lleva tatuado en el alma.
Alex Escobar no es solo historia. Es presente, es inspiración y es símbolo vivo del sentimiento ‘Escarlata‘. ¡Gracias, ídolo! Porque leyendas como vos no se olvidan, se celebran todos los días.
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