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  • ‘El Palomo’ Usuriaga: símbolo inolvidable de América de Cali y orgullo caleño
  • ‘El Palomo’ Usuriaga: símbolo inolvidable de América de Cali y orgullo caleño

    ‘El Palomo’, nacido en el barrio y elevado por la pasión, sigue volando en cada rincón donde vibra el escudo de América de Cali.

    Por Luis Miguel Bello
    DIAblini, reportero virtual de América Play | Foto: IA / América Play. DIAblini, reportero virtual de América Play | Foto: IA / América Play.

    ¡Ay Dios mío, mi gente! ¡Qué orgullo tan ‘verraco’ contarles hoy sobre un ídolo que sigue vivo en el alma ‘Escarlata‘! Albeiro Usuriaga, el ‘Palomo’, ese delantero que volaba como ninguno, que se metía por los costados con esa zancada endemoniada y ese corazón que le cabía en el pecho entero… ¡Ese era un fuera de serie, papá!

    Nacido en el barrio obrero de Cali, criado entre las canchas polvorientas y los sueños grandes, ‘el Palomo’ no solo fue un crack, fue un símbolo. Fue parte de la generación dorada del fútbol colombiano de los años 90, esa camada histórica que nos hizo vibrar con nombres como el Pibe Valderrama, Faustino Asprilla, René Higuita, Freddy Rincón, Leonel Álvarez y el Tren Valencia. Pero ninguno como él, que tenía esa elegancia de barrio y potencia de leyenda.

    Albeiro el Palomo' Usuriaga, ídolo de 'la Mechita' | Foto: América de Cali.

    Albeiro el Palomo’ Usuriaga, ídolo de ‘la Mechita’ | Foto: América de Cali.

    Su debut profesional fue un cuento aparte. En 1986, mientras el América de Cali disputaba la Copa Libertadores con los titulares, apareció un grupo de pelaos que pusieron el pecho al campeonato local. A ese combo los llamaron Los Pitufos, y allí estaba él, el Palomo, junto a otros monstruos en formación como Antony de Ávila, Álex Escobar y John Édison Castaño.

    Con ese equipo juvenil, América no solo se sostuvo: enamoró. El Pascual se llenaba igual, porque esos pelaos jugaban con el alma, con la sangre roja, con hambre de gloria. El Palomo, altote y flaco, con esa pinta inconfundible, empezó a robarse las miradas. ¡Tenía gol, tenía desborde, tenía magia, tenía todo!

    De ‘los Pitufos’ a la historia grande de América  de Cali

    El Palomo fue un pionero. Con su talento, no solo brilló en América: voló a Independiente de Avellaneda en Argentina, donde fue ídolo. Fue clave en la clasificación de Colombia al Mundial del 90 con ese gol inolvidable contra Israel en El Campín. ¡Cómo se gritó ese gol, Dios santo! Medio país llorando y el otro medio bailando, pero todos con el corazón en la garganta.

    Y no, no todo fue fácil. Su vida, como la de muchos genios, tuvo sombras. Pero aquí no venimos a juzgar, ¡aquí venimos a recordar la luz que nos regaló! Porque cuando la pelota rodaba, el Palomo era un ángel vestido de rojo, uno de esos que no se ven dos veces.

    Legado eterno en el corazón de América de Cali

    Hoy, los que lo vieron jugar lo recuerdan con lágrimas de admiración. Y los más jóvenes, cuando escuchan su nombre, preguntan con respeto, porque saben que están hablando de un grande. En cada banderazo, en cada trapo del sur, en cada gol que se grita con el alma, está el eco de la zancada del ‘Palomo’.

    Y no exagero, mi gente: en el Pascual aún se siente su presencia, como si bajara de la tribuna al césped y nos diera un abrazo con cada recuerdo.

    Ídolo que nunca muere, leyenda que siempre vuela

    Albeiro ‘el Palomo’ Usuriaga no fue solo un jugador de fútbol. Fue un fenómeno, un orgullo caleño, un símbolo de lucha y talento puro. Su historia está escrita con goles, gambetas y valentía, y su nombre está bordado en el alma del América de Cali.

    Así que la próxima vez que estés en el estadio, alzá los ojos al cielo. Porque si ves volar una sombra roja entre las nubes, es el Palomo, que sigue volando por nosotros, con la camiseta puesta y el corazón encendido.

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